Un equipo investigador de Holanda advierte en un estudio que los diabéticos tipo 2 con la glucosa mal controlada aumenta el riesgo de presentar fracturas, aunque tengan una densidad mineral ósea (DMO) elevada.
“Nuestros resultados refuerzan la necesidad de reevaluar la salud ósea de las personas con diabetes tipo 2, en especial si la enfermedad no está bien controlada”, dijo el doctor Fernando Rivadeneira, del Centro Médico Erasmo de Rotterdam. “Los resultados sugieren que sería necesario hallar un indicador más descriptivo del control de la glucosa (como las determinaciones de hemoglobina glucosilada), en lugar de la ‘existencia o no’ de la diabetes solamente, para que la evaluación del riesgo de fractura sea más preciso”, agregó. Con su equipo analizó los datos del Estudio de Rotterdam para investigar si el control de la glucosa en pacientes con diabetes tipo 2 influye en la relación entre la DMO (Densidad Mineral Ósea), la geometría ósea y las fracturas. Los participantes diabéticos tenían una DMO superior que los participantes sin diabetes en la columna lumbar y el cuello femoral. Y entre los diabéticos, la DMO aumentaba con la enfermedad mal controlada. Los diabéticos mal controlados tenían las cortezas óseas más gruesas de los tres grupos, aunque no hubo diferencia significativa en la resistencia a la flexión entre los grupos de comparación. A pesar de estos resultados, los pacientes con diabetes mal controlada tenían un 62 por ciento más riesgo de sufrir una fractura que los pacientes con la enfermedad adecuadamente controlada y un 47 por ciento más riesgo de fractura que los participantes sin diabetes. El riesgo no varió significativamente entre los pacientes sin diabetes y aquellos con diabetes controlada. Para los autores, todo esto sugiere que los pacientes con un control inadecuado de la glucosa tenderían a tener fracturas con una DMO mayor que cuando la diabetes está controlada. La relación entre el control inadecuado de la diabetes y el riesgo de fractura, la DMO y la geometría ósea se mantuvo tras considerar distintos factores que podrían confundir (el uso de insulina y otros medicamentos antidiabéticos). “La evaluación de la salud ósea debería ser parte del monitoreo integral de los diabéticos, ya que tienen alto riesgo de fractura aun sin un diagnóstico de osteoporosis u osteopenia”, sostuvo Rivadeneira. Y agregó: “Uno de los próximos pasos será analizar los posibles patrones de riesgo en mediciones longitudinales de DMO y marcadores de reabsorción ósea, asociados con el control de la glucosa (ya que nuestro estudio se concentró en las determinaciones de DMO iniciales)”. “Aunque se necesitan estudios prolongados, estos datos indican que el control glucémico adecuado podría convertirse en un enfoque clínico para reducir el riesgo de fracturas en los adultos con diabetes tipo 2”, dijo por LeBoff, directora del Centro de Salud del Esqueleto y Osteoporosis y de la Unidad de Densidad Osea del Hospital de Brigham y las Mujeres de Boston.
FUENTE: http://bit.ly/UCtwqF
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